martes, 12 de julio de 2016

ROTA

Escucho atónita a una amiga que está destrozada. Que está rota. Que no sabe avanzar... Que es incapaz de hacerlo. La primera reacción que tenemos como humanos ante un grave peligro es la capacidad de reaccionar... de evitar el daño. De protegernos de él. Sin embargo a veces... siendo conscientes de dónde está situada la fuente de dolor somos incapaces de alejarnos del todo de allí.
Cuando tienes el corazón roto muchos de tus sentidos inevitablemente llegan a mermarse. Y siempre eres plenamente consciente de que no eres tú de forma completa. No escuchas nada de lo que llega de fuera y no quieres ver más allá de lo que te has propuesto ver... Para entonces todos tus músculos se han agarrotado y eres incapaz... de cualquier forma... de avanzar. Y el avance. El avance se convierte en todo un dilema. Ves pasar el tiempo frente a ti. Ves pasar a quiénes sonríen. Ves mil historias de amor que sí funcionan. Que entregan sus corazones sin condiciones... Y entonces captas tu reflejo en cualquier lugar y comprendes que no estás allí donde imaginabas ni tienes lo que querías para ti en modo alguno.
Después de todas las trabas que te impuso la vida... Sigues preguntando si hay algo de cierto en eso que llaman AMOR. Son cuatro letras que encierran lágrima imperdonables y otras que llegaste a olvidar en el momento que menos esperabas.
Mi primera reacción a cuando alguien muestra abiertamente su dolor y es capaz de compartirlo... suele ser irresponsable. Encaro la situación. Y argumento los motivos por los que una tiene que ser capaz de dirigir de vez en cuando al destino que también es capaz de perderse... o probarte una y otra vez... de forma cada vez más arriesgada... La vida son una serie de cartas. Ahora solo tú como buena estratega. Como la mejor estratega. Debes jugarlas. Debes asimilar que tal irá la partida. Y si entiendes que tienes todas las de perder en el momento en que te encuentras... Recuerda que siempre tendrás la posibilidad de volver a barajarlas.

A mi gran amiga. A quién su dolor no le deja brillar con la fuerza que desprende. Con toda su luz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario