No es necesario pensar. No es preciso reflexionar.
Porque... es evidente que sólo depende de mi.
Y estar frente a ti... sólo me llevaría un segundo.
Un instante eterno... que he imaginado miles de veces de incontables formas distintas.
Tu. Infinito en mí.
Por fin podrías volver a ver mis ojos.
Descifrar así todo lo que necesitamos contarnos.
Todo lo que nos estamos ocultando.
Todo lo que aún no sabes. Y lo que nunca más sabrás.
Tocar tus manos para que entiendas... para que comprendas o únicamente intuyas... que, siempre te he necesitado... que siempre te siento. Y te llevo dentro de mí.
Buscar tu sonrisa. Tu rostro sereno. Hasta el gesto más severo.
Y, convencerme totalmente de que no se trata de un mero escalofrío sino... de todo el amor que ya un día contigo encontré.
A un solo paso. Siempre sabré de qué forma encontrarte.
Siempre conoceré de qué forma puedo llegar a amarte...
Y, del modo tan intenso en el que ahora me conformo...
Te anhelo.
Te extraño.
Y me engaño para sobrevivir sin ti.
A un solo paso... A un solo gesto.
A un solo cambio para caminar junto a ti.
Para encontrar sentido a todo lo que perdió la lógica... la importancia...
Todo lo que ahora me resulta inherente a mi. Opuesto y confuso.
A un solo paso de romper este equilibrio malogrado. Roto y desesperado.
A un solo paso de no volver a llorar por un final que aún desconozco.
A un solo paso de olvidarme de esta calma plástica. Artificial... que sólo maquilla mi realidad salvaje.
Si más riendas.
A un solo paso.