miércoles, 18 de mayo de 2016

El café de tus ojos

Pierdo el Norte siempre que estás tan cerca como para reconocer tu aroma.
Y así, entonces, me pierdo en el dulce insomnio que me produce beber del café de tus ojos.
Con tu piel tan morena.
Eres plenamente consciente de la atracción que despiertas a tu paso.
Vacías cualquier alma con tu forma tan pícara de sonreír.
Entras en mí de una forma tan imprevisible.
Y así sin previo aviso... me regalas una pequeña bengala que ilumina algunos rincones de mi corazón, tan salvaje... ése que deambula en paralelo a la realidad.
Y así. Sólo por un segundo no hay distancias.
Ni obstáculos.
Olvida las reglas de lo que debe ser. Lo correcto.
Un nuevo punto de partida.
O sólo estar bien así. Sin ponerle una forma concreta. Ni nombres ni fechas.
Sin pensar en qué vendrá después.
Ahora mírame a los ojos. Con los tuyos. Profundos y hermosos.
Sonríe como sólo tu sabes hacerlo.
A ti. Solo a ti te dejo entrar... para que eches un vistazo a mi versión más real. Más honesta. Porque a pesar de que he luchado. He perdido.


martes, 17 de mayo de 2016

Renovarse o morir


Seguro. Habrás escuchado más de una vez la temida frase de renovarse o morir.
Hay quiénes incluso trazan esquemas de cómo hacerlo de la forma menos dolorosa.
Con la mayor efectividad...
¿Qué hay que renovar exactamente?
¿El contexto?
¿O lo que pensamos de él?
Hay situaciones que en parte, nos hacen morir de alguna forma.
No una muerte física. Ni completa.
Yo lo llamo... Infarto emocional.
Los pensamientos se concentran de tal modo en un punto fijo... que te conviertes en una vagabunda que clama una compasión innecesaria.
En este estado... eres incapaz de despertar.
Y cometerás tantos errores como seas capaz de autocontrolar.
En este punto. Ya no hay vuelta.
Ridícula.
Insensata.
E incoherente.
Nada de lo que digas en esta fase tendrá sentido.
Cometerás más de una estupidez.
Y vuelvo a verlo. No hay opción de retroceder en el tiempo.
Que se dirá de ti. De tus hazañas por conquistar un amor al que le vienes grande... o pequeña... según el Sol y según la forma en que me miraste por última vez.
Renovarse cuando has muerto en cierto modo.
Renovar sonrisas para otros labios.
Iluminar todas las esperanzas que yacen rotas bajo tus pies.
Miedo a seguir. Por si vuelvo a tambalearme y a caer frente a ti. De seguro tu no te mueves. Inerte. Así serio. Como tú eres. Como dices ser.
Miedo a seguir de pie.
Porque ya no estás.
Tu, en cambio, lo has conseguido. Te has renovado.
Por entero.
Ya no se quién eres más.




jueves, 12 de mayo de 2016

"Se veía venir"

Aquellos que suelen decir que se veía venir..
Nunca explicarán por qué no avisaron del desastre que se acercaba.
Incluso... cuando se trata de sí mismos... No estaban preparados. Y siempre pasa... suelen carecer de las defensas necesarias para afrontarlo.
Llegado el momento... La corriente les arrastra de igual modo.
Sólo puedes ser consciente de una cosa.
No hay finales absolutos.
Es difícil.
Pero de vez en cuando... Hay que hacerlo.
Pasarse frente al destino.
Mirarle a los ojos directamente y plantarle cara.
De tú a tú.
Porque una debe tener un límite de dolor.
Aunque algunos umbrales sean más tolerantes que otros.
Quiero pensar que existe ese límite.
Todo el Mundo repite constantemente que es necesario luchar... Que es de valientes... eso de no rendirse.
Yo sólo necesito tomar aire.
Levantar la vista al horizonte.
Y que el momento... no me derrote aún.
Asumo las consecuencias. Ahora no dejo de ver caras conocidas, no tan conocidas y algunas que dejarán de serlo... Y todas coinciden en lo mismo: "Se veía venir".
Después de la devastación.
Tras un golpe tan certero.
Me falta el aire y me sobran recuerdos.

Al final, todos caeremos, todos nos levantaremos.
No hay otra forma. No hay otro modo.
Luego están aquellos que desde lejos lo veían venir.
Los que se conforman.
Y otros que siguen aferrándose a eso que llaman esperanza.

jueves, 5 de mayo de 2016

Renuncio

Hoy me siento bendecida.
Completa. Y feliz.
Y tú no tienes nada que ver en eso.
Yo no soy oscuridad.
Yo no desprendo luces grises.
Yo soy Luz. Claridad. Resplandor.
Y brillo de una forma tan intensa... Que te cegó.
No lances más reproches. Así no.
Refúgiate. Escóndete. Huye.
O simplemente, haz lo que te venga en gana.
Tu me tuviste rota.
Me mantuviste rota.
Y me rompiste aún más.
Yo me levanto y me recompongo.
Porque hace falta mucho más que tú para destruir a alguien como yo.
Bórrame. Por y para siempre.
Entierra la forma en que luché por ti. Tan descarada. Tan Revolucionaria.
Para quién se sujeta al pasado y se aferra de un modo inhumano.
Mente calculadora. Helada.
Tu tristeza infinita está lejos de mi.
Olvida acusarme a mi. O ponerme como excusa.
Yo ya no estoy aquí. Ni en ti.
No volveré a ser débil.
No volveré a mirarte como te miré.
No volveré a sentirte.
De tus días nublados...
De tus miradas sin color...
De tus sonrisas tan premeditadas y estudiadas al detalle...
De tu vida de manual. Guión de la disciplina más básica y barata.
Renuncio.
Unidas todas mis partes.
No tienes con qué hacerme frente.
Suerte... con la mediocridad que elijas a partir de ahora.
Suerte con tu lugar. Con tu Mundo. Con tu cielo. Con lo conocido.
Suerte con lo que siempre has tenido. Y lo que nunca más tendrás.
Porque después de hoy no hay nada más.
Yo. Renuncio.

martes, 3 de mayo de 2016

6. Reforma

Brecha en un cielo diferente.
Arde el Sol en mi piel y no se justifica.
Apareces a lo lejos. Cabizbajo.
Todo lo que fuiste. Y quién eres ahora.
Irreconocible.
Apoya los pies. Juntos. En tu suelo.
Soy yo la que no pertenezco a tu lugar.
Y todo lo que nos rodea. Eres tú.
Aire que castiga mis impertinencias.
Y aquí parte de inmadurez salió a relucir.  Reclamándote todo aquello que nunca existió en ti.
No hay flores en tu jardín.
Ni queda brillo posible en tus ojos, que ahora si me miran, lo hacen por inercia.
Y ojalá quisieras.
Ojalá yo te quisiera a ti y no al hombre que pretendo que seas.
Breve. Fugaz. Instante.
No hay balanza para los sentimientos que se confunden con el aire.
Punto 6. REFORMA.
De todo lo anterior. De ti.
Borrar cualquier resquicio de tu sonrisa.
Tu último abrazo.
La Reforma no es posible tan cerca de ti.
Compartes mi aire.
Y mis suspiros sobrevuelan a tu alrededor.
Y arden. Las mariposas que besaste en mi piel.
Tu tienes la última palabra.
Hasta aquí.
La REFORMA comienza.