domingo, 26 de junio de 2016

Puestos a elegir

Seguro que habrás escuchado millones de veces ese típico “puestos a elegir”. ¿Siempre tenemos en nuestra mano la opción de elegir? ¿Acaso siempre hay varias opciones por las que tomar partido? Dudamos… en algunas ocasiones apostamos por algo que luego no surte efecto. Fallamos… caemos… nos reprochamos una y otra vez nuestra decisión… nuestra elección… y al final de uno u otro modo… nos levantamos.
 Ponerse en pie. Qué bien suena. Qué difícil. Qué prolongado puede hacerse-
Tomamos decisiones. Lo hacemos continuamente.  Estas decisiones conllevan daños. A veces en los demás… otras tantas en nosotros mismos. Es todo un entramado.

Hay decisiones como el Amor. Decidí no dejar arrastrarme de nuevo. Pero a veces el destino se impone a ti. Y tu voluntad no surte efecto. Es un juego de poderes en el que no tienes ventaja. En el Amor… no sólo hay decisiones. De vez en cuando… hay que mover ficha. Y ahora que no es tu turno… el “puestos a elegir”… queda tan vacío… tan lejano…  Y en este punto de la partida: sólo puedes dejarlo en tablas o abandonar el tablero y todas las decisiones que tomaste hasta aquí.


domingo, 19 de junio de 2016

Las reservas de lágrimas.

No supe verlo.
No advertí ninguna de tus señales.
Cuando dices que no trataste de hacerlo.
Todo fue tan confuso.
Y fui incapaz de hacerlo bien. Lo se. Y no me basta que me repitas una y otra vez que no soy yo. Que no es por mi.
Me volví  perder.
Volví a ceder.
Me dejé arrastrar por un mar tan furioso y salado como tú... que cuando golpea no tiene ni un atisbo de arrepentimiento.
No tienes que explicarme más.
Y... si me vas a mirar a medias... O a sonreír de ese modo... tan inerte e inestable...
Yo me marcho de ti y me llevo mis mariposas... aunque algunas caigan por el camino.
Y de ahora en adelante. Nuestras voces serán más huecas.
¿Recuerdas mi umbral de dolor?
Está ahí. Donde no estás tú.
Más salvaje aún. Y sin control. Sin protección. Sin placas. Sin armas. Sin sirenas ni luces.
En estado puro.
Yo no pude iluminar tus penumbras.
Ni alejar tus fantasmas. Tus cicatrices.
No pude animarte a bailar cualquier noche.
Aquellos abrazos tenían un límite. Una fecha de caducidad que sólo tú conocías.
Y así por todo esto... El amor se ha ofendido desde Nosotros Dos.
Se acabó tintar las razones y anhelar a quién no te espera. A ti que no me amas. A ti que no te emocionas al verme acercarme a ti. Al verme alejarme de ti... aunque sea para siempre.
Se acabó reponerte lágrimas para un después.
No puedes estar en mi reserva de sueños.
Me reservo el derecho de reservarte más lágrimas.
Porque tú m
e oprimes. Me ahogas y me Olvidas a diario.
Se acabó verte en todas partes.
Se acabó buscarte en mis sonrisas.
Se acabó.

lunes, 6 de junio de 2016

Emergencias

Cuando no aciertas a decir las palabras que tienes en mente desde hace tanto tiempo.
Cuando no lo haces, porque en lo más interno de ti... reaccionas y asimilas que ya no están íntegras. Y así, rotas, no producen el mismo efecto.
No puedes ser tu... cuando no te reconoces.
Y no puedes tomar esa decisión. Así. Sin contar contigo misma.
Sin embargo... Hay decisiones que tienes que tomar de forma instantánea.
Son emergencias.
Llegan. Sin verlas venir.
Y en mitad del derrumbe... No hay palabras borrosas en el dorso de tu mano que te sirvan de guía.
Estás sola.
Fuera de cualquier jaula.
Y da miedo mirar ahí afuera. Al exterior.
Sin manuales de supervivencia.
Elige un destino.
Ponte una fecha.
Fija un objetivo.
¿Hueles el Mar?
Quizás sea un buen lugar para comenzar a soñar de nuevo.